El libro de los Salmos es quizás uno de los libros de la Biblia favoritos para los creyentes, porque puedes encontrar fortaleza, esperanza y respuestas en tiempos de angustia, pero a la vez puedes encontrar canticos de alegría y gozo para mostrar tu gratitud a Dios por su bondad y misericordia.
Escritos hace más de 3.000 años, en cada verso hay lágrimas, gratitud, victorias y confesiones. Algunos fueron entonados en procesiones triunfales, otros en noches de soledad en cuevas, y otros en medio de batallas. Todos son poderosos porque nos recuerdan que, sin importar el momento, Dios está presente.
Aquí vas a encontrar 20 salmos poderosos que puedes incluirlos en tus oraciones, devocionales y declaraciones diarias.
1. Salmo 23 – El Señor es mi pastor
“El Señor es mi pastor; nada me faltará.” (Salmo 23:1)
Uno de los Salmos más conocidos por los creyentes, proclama confianza absoluta en la provisión y cuidado de Dios. Fue escrito por David inspirado en su experiencia como pastor de ovejas.
2. Salmo 91 – El que habita al abrigo del Altísimo
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.” (Salmo 91:1)
Puedes declarar este Salmo si estás pasando por momentos difíciles, enfermedad, dolor, angustia. Fue un Salmo usado por Israel como oración de resguardo en guerras y plagas.
3. Salmo 27 – El Señor es mi luz y mi salvación
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?” (Salmo 27:1)
Probablemente fue escrito por David cuando huía de Saúl, inspira valentía cuando el temor quiere venir a nuestras vidas.
4. Salmo 51 – Ten piedad de mí, oh Dios
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” (Salmo 51:10)
Compuesto por David tras su pecado con Betsabé, es un clamor de arrepentimiento y restauración, nos ayuda a reconocer que necesitamos de Él para ser transformados a su imagen.
5. Salmo 121 – Alzaré mis ojos a los montes
“Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra.” (Salmo 121:2)
Cántico de peregrinos en su camino a Jerusalén que afirma que Dios es nuestro guardián en cada paso, quien es Todopoderoso.
6. Salmo 46 – Dios es nuestro amparo y fortaleza
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” (Salmo 46:1)
Dios no nos deja a la deriva, estamos seguros en su presencia, este Salmo quizás fue escrito después de una victoria sobre invasores.
7. Salmo 34 – Bendeciré al Señor en todo tiempo
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.” (Salmo 34:1)
Compuesto cuando David fingió locura ante Abimelec, debemos aprender a confiar, agradecer y bendecir siempre a Dios, aunque las circunstancias no sean las mejores.
8. Salmo 103 – Bendice, alma mía, al Señor
“Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.” (Salmo 103:2)
La gratitud debe ser una constante en nuestra vida, nosotros somos frágiles y solemos olvidar, por eso David le hablaba a su alma para que no olvidara la bondad de Dios.
9. Salmo 1 – Bienaventurado el varón
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo.” (Salmo 1:3)
Es el primer Salmo del libro y nos anima a caminar como justos en esta tierra.
10. Salmo 19 – Los cielos cuentan la gloria de Dios
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” (Salmo 19:1)
Un Salmo inspirado en noches que se contemplaba el cielo, ver su grandeza solo podía llevarte a reconocer cuán grande es Dios.
11. Salmo 42 – Como el ciervo brama por las aguas
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmo 42:1)
Fue posiblemente escrito en el exilio babilónico, expresa el anhelo profundo de la presencia de Dios.
12. Salmo 84 – ¡Cuán amables son tus moradas!
“Mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.” (Salmo 84:10)
Cantado por peregrinos que viajaban al templo, lo mejor es que hoy en día su presencia habita en nosotros cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Por eso, nuestro gozo puede ser permanente, cuando somos conscientes que Dios mismo habita en nuestro corazón.
13. Salmo 37 – No te impacientes a causa de los malignos
“Encomienda al Señor tu camino, y confía en Él; y Él hará.” (Salmo 37:5)
Escrito por David en su vejez como consejo, nos invita a confiar a Dios a lo largo de toda nuestra vida.
14. Salmo 145 – Te exaltaré, mi Dios y Rey
“Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.” (Salmo 145:3)
Es un Salmo acróstico, considerado una joya poética hebrea.
15. Salmo 139 – Me has examinado y conocido
“Aun antes que haya palabra en mi lengua, he aquí, oh Señor, tú la sabes toda.” (Salmo 139:4)
Un Salmo muy especial porque revela la omnisciencia y omnipresencia de Dios.
16. Salmo 3 – Tú eres escudo alrededor de mí
“Tú eres escudo alrededor de mí, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.” (Salmo 3:3)
Escrito por David cuando huía de su hijo Absalón, revela que Dios es nuestra fortaleza, incluso cuando somos traicionados o estamos en peligro.
17. Salmo 30 – Te exaltaré, Señor, porque me has levantado
“Has cambiado mi lamento en danza; desataste mi cilicio y me ceñiste de alegría.” (Salmo 30:11)
Fue preparado para la dedicación del templo, es una proclamación de que Dios puede transformar todo lo malo en algo bueno.
18. Salmo 150 – Todo lo que respira alabe al Señor
“Todo lo que respira alabe al Señor. Aleluya.” (Salmo 150:6)
Concluye el libro con un estallido de alabanza, nos anima a vivir en una constante alabanza y agradecimiento a Dios.
19. Salmo 40 – Pacientemente esperé al Señor
“Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” (Salmo 40:1)
No todas las oraciones son contestadas al instante, este Salmo nos insta a la paciencia y que Dios siempre nos oye, podemos confiar en Él.
20. Salmo 8 – Oh Señor, cuán glorioso es tu nombre
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?” (Salmo 8:3-4)
Ver la creación de Dios solo nos puede llevar a reconocer la grandeza de Dios, a la vez nos revela su amor por nosotros.
Estos 20 Salmos son un recordatorio que Dios sigue siendo Dios en cada circunstancia, es Poderoso y su grandeza infinita y aun así nos revela su amor. Podemos confiar plenamente en Él, porque nunca abandona a sus hijos. Proclama con confianza estos Salmos, créelo en tu corazón y camina confiado que Dios nunca te va a abandonar.
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